Hubo muchos pasos previos hasta llegar a lo que es Aretusa hoy. El punto de partida fue una pequeña Venus de cerámica que no se le parece en nada prácticamente. Aretusa en marmolina Aretusa en yeso modelo de barro En la mitología griega, Aretusa era una náyade hija de un dios fluvial arcadio y conocida cazadora. Alfeo se enamoró perdidamente de ella, pero Aretusa, que se había prometido permanecer siempre virgen, pidió auxilio a su compañera Artemisa, que la transformó en corriente de agua para que huyera así de las solicitudes del dios. Cuando se vio totalmente acorralada, Aretusa dirigió su curso bajo el mar y apareció en la isla de Ortigia, generando el manantial que lleva su nombre, cerca de Siracusa. Queriendo aun así materializar su amor, el río Alfeo mezcló desde entonces sus aguas con las de la fuente Aretusa. La ninfa fue divinizada por los habitantes del lugar, que le dedicaron numerosa poesía bucólica y la representaron en las monedas rodeada de delfin...
"es sólo creando que te vuelves parte de la gran creatividad del Universo"