De polvo eres y en polvo te convertirás. De polvo de estrellas a la tierra, donde tierra y agua se convierten en barro.
Cierto es que el cuerpo humano está compuesto 70% de agua , en tanto el barro es una mezcla semilíquida de agua y tierra compuesta por sedimentos, partículas de polvo y arcilla.
Concluyo entonces que somos de barro.
Tomo un poco de barro: está frio pero al aplastarlo, amasarlo y apretarlo absorbe el calor que generan mis manos y así se produce un intercambio. El barro cede su frescura mineral y me va devolviendo formas que no estaban planeadas; se va dibujando a su antojo. Las formas que moldean mis dedos tienen voluntad propia…
¡Ya quisiera yo! que así como el mito de Pigmalión, mis esculturas cobrasen vida…
Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de éstas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de la estatua.
En Las metamorfosis, obra de Ovidio en la que se presenta a Pigmalión como un escultor enamorado de una estatua que había hecho él mismo se relata así el mito:
Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida; se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del Sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez para cerciorarse de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.
Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo "mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". Y así fue como Galatea se convirtió en humana.

Cierto es que el cuerpo humano está compuesto 70% de agua , en tanto el barro es una mezcla semilíquida de agua y tierra compuesta por sedimentos, partículas de polvo y arcilla.
Concluyo entonces que somos de barro.
Tomo un poco de barro: está frio pero al aplastarlo, amasarlo y apretarlo absorbe el calor que generan mis manos y así se produce un intercambio. El barro cede su frescura mineral y me va devolviendo formas que no estaban planeadas; se va dibujando a su antojo. Las formas que moldean mis dedos tienen voluntad propia…
¡Ya quisiera yo! que así como el mito de Pigmalión, mis esculturas cobrasen vida…
Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de éstas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de la estatua.
En Las metamorfosis, obra de Ovidio en la que se presenta a Pigmalión como un escultor enamorado de una estatua que había hecho él mismo se relata así el mito:
Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida; se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del Sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez para cerciorarse de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.
Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita, quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo "mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal". Y así fue como Galatea se convirtió en humana.

Esta es una hermosísima historia. Todos nos humanizamos en contacto con el amor... Espero que sigas ejerciendo tu arte y cada vez con mayor sabiduría. Un abrazo muy fuerte,
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